Encadenado a mucho más que la carta de un restaurante. Guapo como tiene que ser, tranquilo y mal pagado. Pero eso lo arreglará Dios en la próxima vida.
En la próxima vida será el dueño de una cadena internacional de restaurante (que ya conoce el ramo) y él sólo tendrá que poner la mano a fin de mes, pero para cobrar, y a gozar de grandes viajes por el mundo.
Le hemos apañado ¿eh?, aunque sea para la próxima. Para ésta, pues quién sabe, que no deje de jugar a la lotería, por si acaso ¡y que caigan las cadenas! Besazos.
Sigo queriendo a mis viejos amigos los maniquíes, con su humor y su horror, con sus tragedias y sus tonterías, sus miradas, sus filosofías y, sobre todo, su voz. Hace años que no posteo, pero voy a volver durante un tiempo. En breve. ¡Hasta pronto!
2 comentarios:
En la próxima vida será el dueño de una cadena internacional de restaurante (que ya conoce el ramo) y él sólo tendrá que poner la mano a fin de mes, pero para cobrar, y a gozar de grandes viajes por el mundo.
Le hemos apañado ¿eh?, aunque sea para la próxima.
Para ésta, pues quién sabe, que no deje de jugar a la lotería, por si acaso ¡y que caigan las cadenas!
Besazos.
Me gusta la segunda vida que le has puesto :)
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